Fastidiado de lo monótona que se veía la sala y el comedor, me disfracé de mi alter-ego "Chambitas" quien se puso creativo y pintó el primer espacio de la casa (su casa) de tal manera que a quienes ahí habitamos y a quienes nos visitan se nos antojara una tasa de café y un buen debraye. Y a falta de cuadros mas "chidos", al "chambitas" se le prende el foco y con las sobras de pintura vinílica blanca pinto un cuadro en la pared para hacerle honor a una bebida obligada por la mañana. Las fotos del resultado a continuación
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